Una historia de esfuerzo familiar desde 1986
Nuestro mesón abrió sus puertas en 1986, fundado con mucho cariño por mis padres. Desde el inicio, nos especializamos en carnes y pescados de primera calidad elaborados de manera tradicional, con una cuidada selección de vinos y un trato cercano que nos distingue. Poco a poco, y con mucho esfuerzo, nos fuimos ganando el respeto de vecinos y visitantes que valoraban la autenticidad de nuestra cocina casera.
En 2002, tras el fallecimiento de mi padre, asumí la dirección junto a mi madre. Con esfuerzo y dedicación, logramos seguir adelante con el proyecto familiar y formar una clientela maravillosa. No fue una etapa fácil, pero nos unimos más que nunca y mantuvimos vivas las raíces y valores que mi padre había sembrado.
Hoy lo gestiono junto a mi marido, y gracias a nuestra pasión por la cocina, en 2008 recibimos el certificado de calidad, convirtiéndonos en el primer restaurante de la villa en obtenerlo. Este reconocimiento fue fruto de años de trabajo constante, cariño por el detalle y un compromiso firme con la excelencia.
A día de hoy seguimos trabajando cada día para ofrecer una experiencia cercana, sincera y de calidad. Seguimos innovando sin perder nuestra esencia, porque sabemos que nuestras raíces son lo que nos hace únicos.
1986 · Apertura
Fundado con cariño por mis padres, el mesón se convirtió rápidamente en un referente de cocina tradicional con alma familiar.
2002 · Nuevo rumbo
Tras el fallecimiento de mi padre, asumí el mando con mi madre. Juntas mantuvimos el legado con esfuerzo y corazón.
2008 · Excelencia
El trabajo y la constancia nos hicieron merecedores del primer certificado de calidad otorgado en la villa.
Hoy · Día a día
Seguimos compartiendo nuestra pasión por la cocina, cuidando cada detalle y manteniendo viva nuestra esencia.
1986
Apertura
2002
Nuevo rumbo
2008
Excelencia
Hoy
Día a día